lunes, 18 de agosto de 2008





Desde la más remota antigüedad, las velas y los inciensos se han utilizado tanto en el culto como en las ceremonias mágicas. Desde la Biblia hasta los Vedas, todos los libros sagrados nos dan fe de ello. Actualmente, en la Magia Moderna, siguen siendo un elemento primordial.



Para romper hechizos, maleficios y destruir la maldad de los enemigos, los aromas que son propicios son los de ámbar y musk.


Para atraer la buena suerte y protección contra accidentes, enemigos y contratiempos, aromas de jazmín, clavel, violeta o canela.


Para crear un buen ambiente familiar, aromas de lavanda, rosa o romántica.


Para salvar un matrimonio, aromas de lavanda, rosa, jazmín, romántica o especial mil flores.


Al igual que las velas, es procedente prender el incienso con cerillas, avivarlo agitándolo y dejar que se extinga por sí mismo, esparciendo al final las cenizas en el aire (terraza, parterre, jardín, etc) o en el mar, pero nunca deshaciéndose de ellas en el lavabo o cubo de desperdicios.


Extracto del libro "Velas e inciensos" de Hanna M. Giménez (Ediciones Obelisco).